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Los moños, cuanto menos perfectos, más inspiradores. Por eso, tal y como nos explicó hace tiempo Quique Sánchez, de EspacioQ, » es importante hacerlo sin peines ni cepillos y texturizarlo con las manos».  Y es que así se consige otra máxima de estilista: «El ejemplo a seguir y el que hay que intentar emular en este tipo de moños es el que ocurre cuando una mujer se recoge el pelo antes de ir al gimnasio, lo hace de una manera más imperfecta e inconsciente», apunta Sánchez.